Extrañaba dormir hasta las 9.
Hoy todo fue tranquilo, en la mañana mi papa y mi tío se fueron a conseguir los repuestos de la moto, yo arreglé el blog.
Luego visitamos malecón de Guayaquil. Un lugar muy bien mantenido, de donde se alza una montaña que sube a un faro, museo.
Le tengo alergia a los museos, por lo que disfruté mucho más la subida al faro, por una cantidad de casa hermosas que habían sido restauradas, luego de ser pequeñas comunas (ollas a presión) para convertirse en estilizados bares.
Un buen bar del que nunca supe el nombre.
Mejor así.
Extrañado de mi mismo.
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