Entre causas y azares tomamos la ruta menos pensada, pues la nieve nos acorraló, obligándonos a desviarnos por la ruta 36. El mail de un amigo nos había dado una importante información: si hacen el circuito serrano desde San Luis pasarán por Alta Gracia, la casa del Che. Pero nosotros no habíamos hecho el circuito serrano, por lo que las posibilidades se habían mermado. Sin embargo el día, contrario a todos los pronósticos, despejó y un lindo sol nos acompañó en la travesía.
Rodamos por lindos pueblos argentinos hasta llegar al valle de Calmuchita donde nos detuvimos a almorzar. En el lugar nos recibió el dueño, hombre amable que nos mostró las fotos de todos sus reconocidos clientes, entre las cuales estaba un venezolano que había llegado hasta allí a pedal, es decir, en bici, pero no en cualquier bici, una con carrocería.
Todavía no es momento de sacar conclusiones, pero es fácil deducir que nosotros no somos los más valientes, hay otros, como el venezolano que asumen aventuras con un nivel de dificultad mucho mayor. Evidentemente no se trata de competir por cual hace el mayor numero de idioteces, pues siempre habrá una forma más compleja de hacerlo. Sin embargo saber que el Che recorrió argentina en un motociclo y luego Sudamérica dos veces me hace pensar en mi propia motivación y en la de los demás para asumir retos de ese calibre.