Me dice Lima desafiante. Así es esta ciudad, Bogota sin recado, el caos que perdió el pudor, y pone semáforos por cumplir con la ley de derechos humanos. Esto es como casa, se parece a Bogotá.
Una cuidad frente al mar, una cuidad que, como todo sur América fue primero un pueblo, que tenia una plaza.
Una linda plaza de armas.
Un día entretenido, pasando calles, meciéndonos entre carros muy viejos, que solo hablan mal de la economía del país. Un día de buena comida, como todos en Perú. Un día en que suceden cosas simples como el desprevenido encuentro con unos provenientes de Cuzco, solo para que se le pagara un sueldo a su maestro. Su maestro les habla en Quechua, el google de Perú tiene traducción a quechua. Concusión: el Internet también es para los indígenas peruanos. Siguiendo con la historia, los niños venían de Quimaru Pitari, un pueblo ubicado en Puerto N, en el departamento del Cuzco,que abrieron una escuela hace pocos días allí, pero el gobierno insiste en no pagar, razón por la que el maestro decidió venir, junto con sus cuatro niños a exigir el pago de su sueldo, justo hasta el palacio presidencial. Y exige verse con mandatario, pero Alan García no saldrá.
Esto hace sientir en casa a cualquier colombiano
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