# DE VISITAS

Panamericana Sur

Un viaje desde Bogotá (Colombia), hasta Buenos Aires (Argentina) a bordo de tres Kawasaki KLR 650.
Los pilotos, mi padre y mi tio.
En este viaje la ruta es cosa de cada día.
Y como es imposible preveerlo todo, ninguno aseguro estar listo para arrancar.

Con cariño. -->



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ENTREVISTA TERRA TV

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Conclusiones de viaje

sábado, 12 de septiembre de 2009

Día 25 Arica Iquique UN PARALELO AL SUR


La cosa ha cambiado dramáticamente, me lo dice mi reloj. No he querido aumentar la hora que dicta el cambio de paralelo, esto seria aceptar que me he desplazado lo suficiente para estar muy lejos de mi casa.

La otra sur América comparte la misma cordillera de los andes, también en pacifico, y básicamente flotamos sobre la misma isla, pero este sur es pálido y blanco, aquí ya no hay indios.


Basta una línea para que el color de las caras cambie, así es el paso de la frontera entre Perú y Chile, en un momento te despide un policía, que, sin ofender, podría describirse como “Cholo” y a la siguiente te recibe un policía blanco.

El cambio no es solo de color, Chile disfruta de un orden (En todos los sentidos) que aburre tremendamente, ya que no falto nada para que nos enviaran la cárcel.

A mi no me amenazaban desde quinto de primaria, en el colegio por tomar el balón de fútbol de un niño más grande, este se acerco y me dijo- si no me lo da, le pego (se suponía que debía tenerlo yo, era un juego)- Justo en la frontera de Chile con Perú se repitió el escenario, solo que ahora me amenazaron con enviarme a un juzgado por traer una manzana en la mano. Por más absurdo que parezca así sucedió. Chile vive, técnicamente, de su cultivo de frutas y no se pueden dar el lujo de tener “moscas de la fruta” en sus reconocidas “uvitas chilenas”, sin embargo no es motivo para que la aduana Chilena sea una suerte de “Guerra de la fruta” en la que se amenaza con tribunales a la primera. Por un momento pensé que se habían equivocado y le veían cara de granada, por poco me arrojo al suelo y tiro la manzana.

La historia termino ahí, les di mi manzana, que no me gusta, y seguí mi camino. Con los kilómetros me percate que los Chilenos son gente amable, un poco paranoica, pero amable. Al decir que soy colombiano me reconocen por el mundialmente famoso “Parcero” ya me dejan cargar frutas, por ser compradas acá.

La noche la pasamos en un buen pueblo, con toda la cara de ciudad llamado Arica, justo en la frontera. Un día entretenido a bordo de mi casco.



Soundtrack: Tihuana

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